sábado, 30 de enero de 2010

Señores vintage: la otra cara de CIC

Siempre hay pioneros. Gente que abre el camino, y que a pesar del paso de los años, los cambios en la sociedad y la revolución de la tecnología, hicieron lo suyo dejando una huella indeleble , en este caso heredando a Chile muebles de arma moderna. El ojo y el gusto se educan, y mucho de los que vemos tan de moda por estos días, forma parte de su legado. Aquí les contamos un poco de los padres de nuestro vintage.

Por Paulina Blanlot, Revista +decoración.

Compañía Industrial de Catres, eso significa CIC. ¿Habrá un solo chileno que no conozca esta marca? Me parece que no. A partir de 1912 y hasta hoy, CIC ha sido una empresa omnipresente en la fabricación de mobiliario en nuestro país.

Fue a comienzos del siglo XX cuando Óscar Smith Longton fusionó las cinco más importantes pequeñas fábricas de catres de bronce, naciendo esta compañía que se dedicó, tal como dice su nombre, exclusivamente a la fabricación de mobiliario para dormitorios. En el registro fotográfico que tiene CIC se puede ver la historia,paso a paso, desde las primeras fábricas, que funcionaban como enormes talleres donde la mano de obra era vital.

A fines de los años 30 la producción se diversifica a otros productos que acompañaron a los chilenos por décadas: motos, refrigeradores, bicicletas.



Vendrían la Primera y luego la Segunda Guerra Mundial. La primera no afectó mucho, pero la segunda cambió al mundo entero, y sus coletazos, por supuesto, golpearon la producción de CIC, que literalmente se quedó sin materia prima para fabricar sus catres. Los trastornos por la demanda de metales, obligaron a la compañìa a tomar una decisión trascendental en su línea de producción y comenzar la era de la madera.



En sus primeras experiencias CIC fabricó clásico mobiliario de estilo inglés, custión que duró poco ya que, y tal como lo hace hasta hoy, la empresa ha focalizado su produción y estrategia en la venta masiva, para ese gran segmento que es mucho más que la mitad del país, el definido por el C3 y los que lo suceden. Entonces, la línea clásica, aspirante a ebanistería, fue un nicho reducido y muy poco explotado. Aquí el "más es más", mayor volumen dio el paso al éxito. Es cuestión de tener suerte y rastrear en mercados de las pulgas, anticuarios, sobre todo en regiones, para encontrar buenas piezas de diseño moderno de CIC. En mezclas de fierro y madera, con cierto aliento art deco y luego mucho más impregnado de las ideas del modernismo. Los años 40, 50 y 60 vieron nacer y multiplicarse las patas cónicas, las mesitas-carro para el televisor y hasta una amplia gama de muebles de terraza.




En los años 70 CIC introduce los muebles planos y desarmables y propone un uso hasta ese minuto prácticamente desconocido en el país: invita a todos al "hágalo Ud. mismo", base de sus inolvidables muebles modulares. Según Raymond Gillmore, gerente copmercial de CIC, llegar a la amplia masa de compradores, mantuvo relación con el trabajo de diseño y más aún con la búsqueda de nuevo equipamiento del hogar y soluciones prácticas, poniendo énfasis en el aprovechamiento del espacio y una multifuncionalidad a prueba de todo. Por ello, y hay que decirlo, como pioneros absolutos CIC introdujo a su línea de fabricación a jóvenes arquitectos, que aportaron principalmente un desarrollo ligado a concretar la línea de innovación que se habían propuesto, que en conjunto con el trabajo de ingenieros dieron a luz, por ejemplo, a la cama nido, el camarote con escritorio y velador, y lo que se necesitara. Vendrían luego la mesa de dibujo y la silla ergonómica.

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