Una vez más volvimos a estar presentes en la Cicletada del Primer Martes, una gran ocasión para compartir pedaleando junto con la comunidad ciclista en Santiago. Esta vez el recorrido pasaba por Providencia hacia el oriente hasta llegar al sector de Escuela Militar y luego regresar hasta Plaza Italia, algo que se agradece a la hora de generar Masa Crítica.
Pasadas las ocho la columna de ciclistas comenzó el recorrido y nos aprestamos a subir en compañía de más de un centenar de personas, generando mucha sorpresa entre los transeúntes y más de alguna bocina amiga apoyando la marcha desde los autos. Durante el recorrido fue un gusto ver como más y más personas han decidido recuperar bicicletas antiguas: algunas Mini aparecieron entre la multitud y bicicletas de paseo clásicas fueron traídas de vuelta a las calles, ¡y que mejor manera de estrenarlas y sacudirles el polvo que en estas cicletadas! Entusiasmados con estas iniciativas personales, les extendimos la invitación a participar en las actividades de Retropedal, y más gusto nos dio ver el entusiasmo con que recibieron nuestra propuesta y el trabajo del grupo. Así es que luego de llegar al Escuela militar, bajamos de vuelta al Centro por Apoquindo y Providencia, lo que realmente se disfruta si el recorrido es en bajada y con toda la calle a tu disposición.
Finalmente, la cicletada concluyó y la gente comenzó a agruparse para volver de regreso a casa. Cuando nos disponíamos a partir, un cicleto nos entregó un flyer, invitándonos a participar de las llamadas Carreras de Una Cuadra (C1C). Estas carreras de tipo Alleycat consisten en "piques" de una cuadra de extensión (o el largo que tenga la calle o callejón ocupado) en modo eliminación. Desde hace un tiempo que suelen realizarse al final de las cicletadas y en ellas pueden participar todo tipo de bicicletas. Así es que allá partimos, con la idea de correr en nuestras bicis.
Al llegar, comenzaban a inscribirse los primeros participantes. Abundaban bicicletas de todo tipo: descenso, ruteras, single speed, MTB, etc. Tras un pequeño cruce de palabras con los organizadores, surgió la idea de abrir ahí mismo una categoría Mini para que corrieramos. Y aunque sólo se trataba de una pequeña exhibición de las bondades de nuestras queridas chanchas, de inmediato aceptamos.
Pasadas las ocho la columna de ciclistas comenzó el recorrido y nos aprestamos a subir en compañía de más de un centenar de personas, generando mucha sorpresa entre los transeúntes y más de alguna bocina amiga apoyando la marcha desde los autos. Durante el recorrido fue un gusto ver como más y más personas han decidido recuperar bicicletas antiguas: algunas Mini aparecieron entre la multitud y bicicletas de paseo clásicas fueron traídas de vuelta a las calles, ¡y que mejor manera de estrenarlas y sacudirles el polvo que en estas cicletadas! Entusiasmados con estas iniciativas personales, les extendimos la invitación a participar en las actividades de Retropedal, y más gusto nos dio ver el entusiasmo con que recibieron nuestra propuesta y el trabajo del grupo. Así es que luego de llegar al Escuela militar, bajamos de vuelta al Centro por Apoquindo y Providencia, lo que realmente se disfruta si el recorrido es en bajada y con toda la calle a tu disposición.
Finalmente, la cicletada concluyó y la gente comenzó a agruparse para volver de regreso a casa. Cuando nos disponíamos a partir, un cicleto nos entregó un flyer, invitándonos a participar de las llamadas Carreras de Una Cuadra (C1C). Estas carreras de tipo Alleycat consisten en "piques" de una cuadra de extensión (o el largo que tenga la calle o callejón ocupado) en modo eliminación. Desde hace un tiempo que suelen realizarse al final de las cicletadas y en ellas pueden participar todo tipo de bicicletas. Así es que allá partimos, con la idea de correr en nuestras bicis.
Al llegar, comenzaban a inscribirse los primeros participantes. Abundaban bicicletas de todo tipo: descenso, ruteras, single speed, MTB, etc. Tras un pequeño cruce de palabras con los organizadores, surgió la idea de abrir ahí mismo una categoría Mini para que corrieramos. Y aunque sólo se trataba de una pequeña exhibición de las bondades de nuestras queridas chanchas, de inmediato aceptamos.
Héctor (Bianchi BMX) v/s Renato (Mini CIC)
Pronto nos alistamos en la línea de partida. Alrededor se podía sentir la expectación del público, ante este verdadero Challenge de la Vieja Escuela. Hasta antes de la partida nadie sabía qué podía pasar: alguno podría haber perdido estabilidad, podría haber una colisión, una cadena pudo romperse, algún cuadro podría fallar y cortarse en dos . . . Podrían haber pasado tantas cosas. Lo único claro que teníamos en frente era el callejón oscuro y una cinta de papel confort en la meta que simulaba la vendita cinta cuadriculada del triunfo.
Cuando la cuenta llegó a tres, todo pasó muy rápido. La adrenalina, los gritos del público, el cemento que la bicicletas parecían devorar con ansiedad a cada esfuerzo sobre el pedal . . . Todo en una gran catarsis de júbilo de los allí presentes. Creo que la bicis, de alguna forma, habían vuelto al principio de un ciclo. Lo más seguro es que sus primeros dueños, niños de hace treinta años atrás, también habrían corrido en tantas carreras de infancia como nosotros volvimos a hacerlo aquella noche.
Fue grato sentir el apoyo de los demás ciclistas, que no sólo reconocieron la belleza y la historia detrás de nuestras bicis, sino también la importancia que tienen, como testimonio de una época pasada, menos vertiginosa y desechable,que nos une a un pasado que todos en el grupo añoramos.
Cuando la cuenta llegó a tres, todo pasó muy rápido. La adrenalina, los gritos del público, el cemento que la bicicletas parecían devorar con ansiedad a cada esfuerzo sobre el pedal . . . Todo en una gran catarsis de júbilo de los allí presentes. Creo que la bicis, de alguna forma, habían vuelto al principio de un ciclo. Lo más seguro es que sus primeros dueños, niños de hace treinta años atrás, también habrían corrido en tantas carreras de infancia como nosotros volvimos a hacerlo aquella noche.
Fue grato sentir el apoyo de los demás ciclistas, que no sólo reconocieron la belleza y la historia detrás de nuestras bicis, sino también la importancia que tienen, como testimonio de una época pasada, menos vertiginosa y desechable,que nos une a un pasado que todos en el grupo añoramos.
El podio de los ganadores de las C1C. A la derecha Miguel, el primer ganador de la categoría Mini. A su lado, nuestro amigo César, 2º lugar en la general, corrió en su bici de montaña
Fotos aporte de Arriba e' la Chancha
2 comentarios:
Excelente la C1C
Hay que notar que Hector guateó al principio por un desperfecto solucionable xD
y tambien que parece que Miguel usaba piñon 16 mientras yo uso piñón 18, cosa que pudo haber condicionado su victoria
Jajajaja dijo el picao, pero nah, estuvo pulento el evento, ojalá se hagan otras C1C donde participemos
Renato
si hubiese corrido en la monark les gano a todos, mi relacion 52 18 es inganable
al final el cesar nunk dio chela.
para la proxima debemos ir mas para hagamos mas carreras
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