A continuación los dejamos con la nota publicada por nuestros pajarracos amigos del verde pajaro verde, quienes fieles a su paricular estilo ,relatan la odisea del mote con huesillos vivida este pasado Domingo 13 de Febrero.
EL MOTE CON YAPA por Nefele
Un dia domingo de Febrero, fome como un buen domingo y como un buen febrero, el sol pegaba fuerte y un grupo de ciclistas junto a Retropedal se reune en plaza Italia para comenzar un largo viaje hacia la república independiente de Puente Alto. Un rato después un grupo de pajarones se va armando poco a poco a medida que van recorriendo las calles puentealtinas, la misión de ciclistas y peatones es la misma: continuar la vieja tradición que intenta encontrar el mejor moteconhuesillos del universo. Esta vez el objetivo es el mítico Mote con Yapa.
“Caballero caballero! donde está el mote con Yapa?” (Mote con Chapa preguntó alguien por achí) – “Unas cuadras más al sur”, la pregunta se repetía una y otra vez y la sed aumentaba, y las ganas de beber el maravilloso elixir se hacían insostenibles. Mas de una vez dudamos y pensamos en abortar la misión para beber un buen shop en aquellos tentadores locales que aparecían en el camino. Pero no!! nuestro deber era uno y debíamos llegar al final del camino.
Finalmente vimos el cartel que tanto deseabamos. El grupo de avanzada corrió al lugar y dio aviso a la retaguardia, pero algo terrible comenzó a suceder en el momento… la reja comenzó a moverse y cerrar el lugar. “Noooooooo!!!” gritó con angustia una pajarraca “que está pasandooooo!!!!!” - “Se nos acaba el mote, debemos cerrar” dice inexpresivamente la mujer del lugar. “Tengan piedad de nosotros buena mujer!! no nos haga esto!! viene un grupo de buenos bebedores de mote caminando y otro grupo en bicicleta desde plaza Italia!!!” la pajarraca grita, llora, mueve los brazos desesperadamente y ruega a los dioses del mote que la escuchen. Durante eternos segundos la mujer se queda pensando y responde “entre y pida el mote que queda”.
“Deme 10 motes!.. no! 12!!… no! 17!! … no no no!! 19 por favor!” gritamos en medio del caos, tratando de impedir las barricadas y disparos, y con una sonrisa otra mujer nos comienza a servir la bebida. El alivio fue grande y la sed mayor.
Fue entonces cuando supimos lo que era el mote con Yapa. Un dulce jugo con mote fresco y dos grandes huesilos, acompañada de un jarro extra de jugo y harina tostada. Después de un rato llegaron los ciclistas, aunque dicen las malas lenguas que un par se evaporó en el camino y pasó directo al cielo del moteconhuesillos, pero los que no se evaporaron llegaron con ojos de huesillo deseando beber lo antes posible. La maravilla fue tal que mas de uno solicitó una repetición y no falto aquel que se bebió 26 vasos.
Nos marchamos junto con el cierre del local, no sin antes burlarnos de quienes iban entrando al lugar “Lo siento, nos bebimos todo lo que quedaba juajuajuajuaaa”. Pero la historia no se acaba aquí, pues la reunión de tanta simpatía junta nos hizo volver a una de esas tentadoras shoperias que vimos en el camino donde finalizamos la jornada con el otro maravilloso elixir.
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