Perico y su bicicleta en los años ochenta se convirtió finalmente en un símbolo del fuerte impulso estatal y comercial de la dictadura para que el homo chilensis se endeudara. Así, más que buscar que los pericos dejaran su bicicleta en casa, este comercial tocaba la fibra sensible del orgullo aspiracional del chileno medio logrando que los mismos se esclavizaran con un préstamo que les prometía un mayor estatus social.
El paso del tiempo no ha mejorado la realidad de nuestro país, pues si en los años noventa los celulares de palo fueron otro símbolo de la decadente sociedad de consumo en la cual estamos insertos, hoy en el año 2010, perfectamente podríamos gritar:
¡COMPRATE UN IPAD PERICO!
1 comentarios:
Las armas de la crítica se hacen presente...
La R no es sólo retropedal, sino también resistencia...
:)
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